¿Cómo reinterpretar los sonidos de los golpes de la tierra y hacerlos música? Esa es la pregunta que se ha hecho Tellüric, una banda bogotana conformada por Guillermo León, Diego Pinzón, Juan López y Carlos Cortés. Este conjunto de músicos juega todo el tiempo con los conceptos de los suelos, para crear sonoridades que suenan estridentes y potentes. Entre la electrónica y el industrial, han dado vida a paisajes sonoros en los cuales se construye toda una atmósfera de caos y orden. Esa oscilación es el alma de su EP debut ‘1’. Un trabajo en donde la inmersión sonora es clave, para entender el movimiento entre diversos géneros que al final conjugan lo que es Tellüric.
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‘Epicentro’ es el corte que abre este EP de cinco canciones, el foco del movimiento sísmico que poco a poco se va desarrollando. Un ambiente oscuro y sosegado son creados en este tema por una instrumentación marcada por la batería, el bajo y la guitarra. Pronto, texturas sintéticas que se van sumando y llenando de ruido todo a su alrededor. Por su parte, ‘Lava’ es más caótica y con un ímpetu más frenético, junto a samples de voz modulados que crean ese sentimiento. Un corte que asemeja la efervescencia de una erupción. ‘Rojo Dalila’ inicia mucho más industrial, un corte con esos golpes marcados que nos van llevando por esa tensión acumulada hasta ahora.
Por otra parte, ‘Menura’ se siente como un ligero respiro. Gracias a un ritmo que recuerda la cumbia, pero que poco a poco va llenándose de caos para cerrar con un desborde de energía. Una canción que usa la imagen de un pájaro atado al suelo, para seguir hilando esa idea de la tierra. Finalmente, el cierre de este trabajo está a cargo de ‘Marfil I’. Un corte que se siente denso y pesado como el material del cual toma su nombre.
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De esa forma, Tellüric nos presenta un sonido lleno de densidad, que busca conectar con la tierra, pero de una forma diferente. Una manera de ver a nuestro interior, a nuestro fondo, para hacernos habitar por un momento nuestra naturaleza oculta. Un estilo en el que se busca capturar la fuerza bajo nuestro pies, haciendo las veces de un sismógrafo sonoro que lleva por nombre ‘1’.