Susurros, frío y sinestesia en ‘Oda a la Luz Atemporal’ de Persóna

El fenómeno de cantautores en la ciudad de Bogotá cada vez nos deja nuevas y más gratas sorpresas. Persóna es una de esas apuestas individuales, por parte de Samuel Roldán, guitarrista y tecladista de Antílope. Una exploración enigmática de sonidos, marcados principalmente por la guitarra y su voz. En donde la correlación con otras artes, como fuentes para la creación son claves. De esa forma, resuena Gabriel García Márquez, Jorge Luis Borges o Andréi Tarkovski, en la manera en la que entiende la vida y el mundo con su música. ‘Órbita’ y ‘Persona’ son los dos primeros cortes de un su álbum debut, que, pronto verá la luz y al cual se suma ‘Oda a la Luz Atemporal’, su más reciente sencillo.

En este nuevo corte y como es costumbre, Persóna crea canciones que se sienten como espacios enormes. Un sencillo marcado por una guitarra profundamente melancólica, mientras la voz se toma su tiempo para soltar hondos susurros. En donde estos últimos, se sienten como un húmedo y lento respirar. De repente, aparece ese frío que cala hasta los huesos y que en cierto punto duele. Toda una atmósfera que se va complementando con texturas ligeras, pero que ayudan a la dinámica que busca construir la misma canción. En palabras de Persóna hay una búsqueda de un recuerdo, de un instante congelado. Lo cual se siente en ese largo transitar que al final resulta ser ‘Oda a la Luz Atemporal’.

Así, Persóna nos deja frente al tercer sencillo de su álbum debut. Una muestra más de esa inquietud personal por crear ambientes profundos y una suerte de sinestesia. En especial en este último corte, donde la conjugación de diversas sonoridades permite articular de gran manera ese efecto. Pues es, sobretodo, la búsqueda de un tejido de espacio-tiempo que no está sujeto a un lugar o a un momento.

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